Se trata de una de las grandes curiosidades que existen en torno a estos recipientes. Lo cierto es que la curación nunca está de más, estén esmaltados o no. En el caso de que lo estuvieran, cocer leche durante 10 minutos es una buena forma de hacerlo, aunque ya te advertimos que no es imprescindible.
En caso de no estar esmaltados, pueden sumergirse en agua templada al menos 24 horas y también puede ser untada en manteca y metida al horno. En este último caso, lo que conseguirás es sellar los poros de la arcilla.
Son costumbres, en cualquier caso, que nunca están de más en un mundo, el de los cacharros de barro, en el que la tradición y lo ancestral se dan la mano para perpetuarse en tu cocina. Manejando estos recipientes podrás cocinar cualquier tipo de plato siempre y cuando los ingredientes no estén ni muy fríos ni congelados. Aunque estos consejos, en general, resultan aplicables a cualquier tipo de recipiente.